OPS Newsletter n. 4 - Septiembre 2011

El mejor momento de OpenOffice

Todos conocemos OpenOffice.org, la aplicación ofimática de referencia en software libre. OpenOffice es una aplicación que se inició como software privativo, pero que tiene ya más de diez años de vida como software libre. Durante estos años han aparecido varias nuevas versiones que han ido incorporando mejoras substanciales y se ha ido formando una comunidad numerosa de usuarios y voluntarios. De hecho OpenOffice ha tenido más de trescientos millones de descargas en ese tiempo, lo que sin duda le hace ser, junto Linux, Apache o Mozilla, uno de los proyectos de software libre más populares y utilizados.

El décimo cumpleaños de OpenOffice, sin embargo, no fue plácido, pues prácticamente coincidió con el fork de parte de su Comunidad. Recordemos que un fork, en software libre, se produce cuando un grupo de personas de una comunidad decide tomar el código fuente existente en un momento dado y empezar un desarrollo paralelo a partir de ese punto. Habitualmente un fork se produce cuando hay desacuerdos sobre la estructuras de poder de una comunidad o cuando el grupo que inicia el fork quiere tomar una línea de desarrollo distinta a la oficial.

Como muchos sabrán el fork al que nos estamos refiriendo se trata del protagonizado por LibreOffice. La primera versión, que se ha decidido denominar LibreOffice 3.3 no es muy distinta de la versión de la cuál procede OpenOffice.org 3.3, como por otra parte es lógico, pues ambas comparten la inmensa mayoría de su código fuente.

LibreOffice, sin embargo, no es el primer producto distinto a OpenOffice.org que se elabora con su código, pues hace años que existen aplicaciones como Go-oo, Lotus Symphony, Redflag, OOo4Kids o NeoOffice, todas ellas distintas a OpenOffice.org pero basadas en su código. Así pues no era necesario un fork para desarrollar un nuevo producto, por lo que debe haber algo más.

La gestión de los escritorios virtuales

Los beneficios de la virtualización de servidores son bien conocidos y todas las organizaciones la han adoptado en mayor o menor medida. Ello es así porque resulta relativamente sencillo cambiar el concepto tradicional de que un servidor necesita una máquina física al de que un servidor puede compartir una máquina física con otros servidores si añadimos un virtualizador o hipervisor. Pero la cosa cambia si virtualizamos escritorios.

La prueba de concepto para escritorios virtuales

Cambiar toda una organización a una arquitectura basada en escritorios virtuales, a pesar de que todos conocemos los beneficios que nos reportaría (mayor seguridad, aumento de flexibilidad, facilidad de gestión, simplificación, etc.) no es algo que se emprenda sin estar seguros de qué significará ese cambio en nuestro caso concreto y si esos beneficios genéricos se van obtener en nuestra empresa.

Plan anticrisis: regalamos 25.000 millones en software

La situación de crisis que vivimos hace, sobre el papel, especialmente atractiva la utilización de software libre. ¿Por qué entonces algunas empresas se empeñan en ahorrar en partidas esenciales para su supervivencia y no se plantean cambiar a software libre? ¿Por qué las administraciones públicas prefieren ahorrar cerrando quirófanos y alargando las listas de espera que migrar todos sus hospitales a OpenOffice, por ejemplo?